Según la Real Academia Española, un verbo es una clase de
palabras que puede tener variación de persona, número, tiempo, modo y aspecto.
La palabra “impersonal” se dice de la oración que carece de sujeto o en la que
este se omite por desconocido o irrelevante. Los verbos impersonales son
aquellos que solo se conjugan en la tercera persona del singular y vienen de la
lengua latina, y también se pueden encontrar en otras lenguas como el
francés o el alemán.
No deben confundirse con las oraciones que simplemente no
tiene sujeto léxico. Por ejemplo, en el enunciado “Estudiamos los verbos
impersonales”, el verbo “estudiamos” no tiene sujeto léxico -no dice “nosotros
estudiamos”-, pero sí lo podría tener. Si no lo tiene es porque el emisor
decidió no incluirlo, al constatar que el sujeto gramatical -en este caso 1ª
persona del plural- ya es suficiente para que el receptor sepa que la acción la
realizamos nosotros.
Los verbos impersonales son aquellos que no aceptan
ningún sujeto léxico, es decir, no lo tienen porque no lo pueden tener, no
porque el emisor haya elegido no incluirlo.
Tipos de verbos impersonales:
·
Verbos
impersonales propios son verbos que, en su sentido original, se conjugan sólo en la 3ª persona. Dicha categoría está
compuesta por los llamados "verbos meteorológicos" o
"climáticos" (llueve, nieva, etc.). Estos verbos son
intransitivos.
·
Verbos impersonales
impropios, por el contrario, son verbos que si bien en algunos contextos
poseen una conjugación normal, pueden ser usados como impersonales (de ahí su
categoría de impropios). Por ejemplo: el verbo "hacer" puede
ser usado en contextos como: "Hace calor"; "hace años", en singular.
Los verbos impersonales impropios del español son:
·
Hacer: "Hace
muchísimo calor".
·
Bastar (en su forma
"bastar + preposición"): "Basta de palabrería".
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